El pasado 14 de enero tuvo lugar el Año Nuevo Ortodoxo (Старый Новый год), una fiesta tradicional de origen ortodoxo-eslavo, que se celebra al empezar el año segun el calendario juliano. En Kazajstan la gente (sobre todo rusos) siguen celebrando de manera informal esta fecha, que al fin y al cabo no es mas que una excusa para montar una fiesta, del mismo modo que hacemos los occidentales con el Año Nuevo. Por supuesto, como todo lo que huele a occidental esta de moda en Kazajstan, aqui no dejan de celebrar ambas fechas.
Sin yo sospechar nada de esto, una amiga rusa, Alfira, me propuso la idea de ir un fin de semana a Kirguizia (o Kirguistan) a las montañas para esquiar. Ante esa tentadora oferta no me podia negar, asi que le di mi pasaporte para que me gestionara el visado. Iba a ser mi primera salida de Kazajstan desde que llegue en octubre (sin contar España). Sin saber muy bien ni como ni a donde iba, me presente en el Estadio Central de Almaty, lugar del que me habian dicho que saldriamos, el viernes a las 9 de la noche (una hora un poco rara para iniciar un viaje, no creeis?). Alli encontre el autobus en el que nos viajariamos, era un viaje organizado en el que iban un kazajo, unos 45 rusos y yo. La gente vestia ropa de montaña, cargaba esquies y tablas de snowboard en el bus, pero una de las cosas que mas me sorprendio fue que tambien cargaban cantidades considerables de cerveza, vodka, cognac y cosas para picar "para el viaje". Alfira me dio mi pasaporte con el visado kirguizo y varias cervezas y empezo a presentarme a los que serian mis compañeros de viaje. Empezo el viaje y empezaba la fiesta en el autobus. Al ser el unico extranjero, era el centro de atencion, el juguete de todos, me preguntaban cosas, me ofrecian comida y bebida continuamente y me enseñaban sus tradiciones. La cosa prometia.
Tras un viaje de 4 o 5 horas que se pasaron volando (salvo el paso por la frontera), llegamos a los alrededores de Bishkek, y alli nos recogieron unas furgonetas todo terreno que nos subian a las montañas. Todo estaba organizado. Yo simplemente me dejaba llevar. Al fin llegamos a un lugar llamado "Oruu Sai". Alli habia un albergue muy curioso, donde nos quedariamos a dormir. Aunque era de noche, el lugar era espectacular, yo creo que nunca he visto un cielo tan bonito como el de Kirguizia, limpio y plagado de estrellas.
A la mañana siguiente, tras un buen desayuno, nos fuimos directamente a disfrutar de las maravillosas pistas (aunque muchos de los rusos que venian ya se pusieron a tomar cervezas desde que se levantaron, continuando la fiesta del autobus de la noche anterior...). Las estaciones de esqui por esta parte del mundo no le tienen nada que envidiar a las europeas en cuanto a las pistas y la nieve. Los remontes son un poco mas cutres, pero igualmente funcionaban hacian bien su trabajo, y eran muy baratos (250 somas kirguizos, o poco mas de 4 euros para el uso de los remontes el dia completo). Yo decidi iniciarme en el mundo del snowboarding y me gusto, aunque estuve mas tiempo rodando por la nieve que deslizandome sobre ella...
Ya por la tarde, y tras un duro dia deportivo, me dijeron que me preparara que la fiesta iba a empezar. Yo pensaba que ya habia empezado pero me equivocaba. Habian preparado una fiesta para celebrar el año nuevo (el ortodoxo). Habian preparado una gran mesa repleta de comida y bebida de todo tipo: zakuzky, carne de caballo, solyankas, guisados, ensaladas, quesos, vodka, cognac, y mucha mucha cerveza. Tambien hubo canciones tipicas de nuevo año, juegos, karaoke , gente disfrazada, drag queens e incluso una fiesta en el exterior, en una pista de hielo, donde habian montado una mesa para pinchar y unos altavoces. Es increible lo fiesteros que pueden llegar a ser los rusos. Cada vez que brindaban por algo hacian mencion de lo contentos que estaban de tener un español entre ellos, con lo que yo tenia que participar obligatoriamente en todos los brindis, bailes y juegos que se inventaban...
El domingo continuo de la misma forma: mas fiesta y mas esqui, y ya por la tarde nos montamos en el autobus para volver a Almaty. Mi primera impresion sobre Kirguizia no ha podido ser mejor, un pais lleno de hermosos paisajes y muy montañoso. Aunque no he conocido ninguna ciudad ni ningun kirguizo, ha sido toda una experiencia pasar un par de dias entre rusos, como uno mas de ellos, sintiendome uno mas a pesar de la barrera que supone el idioma (todavia me queda mucho por aprender...), divirtiendome como ellos se divierten y acercandome un poco mas a su cultura. Sin duda ha sido el mejor fin de semana desde que vivo en Kazajstan. Quedan pendientes mas visitas a este bello pais, que este año tengo tan cerca. Todo sera una cuestion de tiempo.
Sin yo sospechar nada de esto, una amiga rusa, Alfira, me propuso la idea de ir un fin de semana a Kirguizia (o Kirguistan) a las montañas para esquiar. Ante esa tentadora oferta no me podia negar, asi que le di mi pasaporte para que me gestionara el visado. Iba a ser mi primera salida de Kazajstan desde que llegue en octubre (sin contar España). Sin saber muy bien ni como ni a donde iba, me presente en el Estadio Central de Almaty, lugar del que me habian dicho que saldriamos, el viernes a las 9 de la noche (una hora un poco rara para iniciar un viaje, no creeis?). Alli encontre el autobus en el que nos viajariamos, era un viaje organizado en el que iban un kazajo, unos 45 rusos y yo. La gente vestia ropa de montaña, cargaba esquies y tablas de snowboard en el bus, pero una de las cosas que mas me sorprendio fue que tambien cargaban cantidades considerables de cerveza, vodka, cognac y cosas para picar "para el viaje". Alfira me dio mi pasaporte con el visado kirguizo y varias cervezas y empezo a presentarme a los que serian mis compañeros de viaje. Empezo el viaje y empezaba la fiesta en el autobus. Al ser el unico extranjero, era el centro de atencion, el juguete de todos, me preguntaban cosas, me ofrecian comida y bebida continuamente y me enseñaban sus tradiciones. La cosa prometia.
Tras un viaje de 4 o 5 horas que se pasaron volando (salvo el paso por la frontera), llegamos a los alrededores de Bishkek, y alli nos recogieron unas furgonetas todo terreno que nos subian a las montañas. Todo estaba organizado. Yo simplemente me dejaba llevar. Al fin llegamos a un lugar llamado "Oruu Sai". Alli habia un albergue muy curioso, donde nos quedariamos a dormir. Aunque era de noche, el lugar era espectacular, yo creo que nunca he visto un cielo tan bonito como el de Kirguizia, limpio y plagado de estrellas.
A la mañana siguiente, tras un buen desayuno, nos fuimos directamente a disfrutar de las maravillosas pistas (aunque muchos de los rusos que venian ya se pusieron a tomar cervezas desde que se levantaron, continuando la fiesta del autobus de la noche anterior...). Las estaciones de esqui por esta parte del mundo no le tienen nada que envidiar a las europeas en cuanto a las pistas y la nieve. Los remontes son un poco mas cutres, pero igualmente funcionaban hacian bien su trabajo, y eran muy baratos (250 somas kirguizos, o poco mas de 4 euros para el uso de los remontes el dia completo). Yo decidi iniciarme en el mundo del snowboarding y me gusto, aunque estuve mas tiempo rodando por la nieve que deslizandome sobre ella...
Ya por la tarde, y tras un duro dia deportivo, me dijeron que me preparara que la fiesta iba a empezar. Yo pensaba que ya habia empezado pero me equivocaba. Habian preparado una fiesta para celebrar el año nuevo (el ortodoxo). Habian preparado una gran mesa repleta de comida y bebida de todo tipo: zakuzky, carne de caballo, solyankas, guisados, ensaladas, quesos, vodka, cognac, y mucha mucha cerveza. Tambien hubo canciones tipicas de nuevo año, juegos, karaoke , gente disfrazada, drag queens e incluso una fiesta en el exterior, en una pista de hielo, donde habian montado una mesa para pinchar y unos altavoces. Es increible lo fiesteros que pueden llegar a ser los rusos. Cada vez que brindaban por algo hacian mencion de lo contentos que estaban de tener un español entre ellos, con lo que yo tenia que participar obligatoriamente en todos los brindis, bailes y juegos que se inventaban...
El domingo continuo de la misma forma: mas fiesta y mas esqui, y ya por la tarde nos montamos en el autobus para volver a Almaty. Mi primera impresion sobre Kirguizia no ha podido ser mejor, un pais lleno de hermosos paisajes y muy montañoso. Aunque no he conocido ninguna ciudad ni ningun kirguizo, ha sido toda una experiencia pasar un par de dias entre rusos, como uno mas de ellos, sintiendome uno mas a pesar de la barrera que supone el idioma (todavia me queda mucho por aprender...), divirtiendome como ellos se divierten y acercandome un poco mas a su cultura. Sin duda ha sido el mejor fin de semana desde que vivo en Kazajstan. Quedan pendientes mas visitas a este bello pais, que este año tengo tan cerca. Todo sera una cuestion de tiempo.